En las economías desarrolladas el Estado funciona como un armonizador de los intereses de los distintos stakeholders (o grupos de interés) que conforman la sociedad.
En la Argentina, por razones históricas, las representaciones políticas partidarias se diferencian más en las formas que en el contenido y ello ha dado lugar a la existencia de lo que hoy gran parte de la sociedad denomina “corporación política”.